Esta tipología edificatoria utiliza placas o paneles estructurales, formados por un marco perimetral con montantes intermedios colocados cada 60-70 cm. Las placas superficiales de cerramiento lateral del marco perimetral colaboran en la rigidez lateral de los paneles.
El espacio interior suele ir relleno de algún material aislante de baja densidad, incluso incorpora láminas plásticas impermeabilizantes o retardadoras de la difusión de vapor de agua. La protección externa ante la intemperie se ejecuta mediante tratamientos de la propia madera de la placa, o añadiendo láminas impermeabilizantes y protectoras del sistema.
Destaca la importancia de las placas cuando se pretende, además del efecto membrana continua, el disponer de un soporte o superficie de acabado, por lo que el aspecto económico se optimiza al máximo. Nos referimos al clásico panel sándwich que sustituye al tradicional entramado vertical o de viguetas con entablado.
Estos paneles de revestimiento resistentes, que podrán ser de madera o derivados, van clavados y/o encolados a más de un miembro estructural del entramado interior, de forma que el conjunto actúa como un solo elemento estructural, por lo que la adherencia entre ellos (clavado y encolado) y su continuidad es esencial para su correcto funcionamiento.
Esto ha derivado en que tratemos con materiales muy industrializados y mecanizados, que permiten construcciones ligeras, pero a precios algo superiores a las de madera tradicional.
Desde el punto de vista estructural, sorprende su extraordinaria ligereza en relación a su rigidez y capacidad estructural, así como su reducido espesor en comparación con los entramados verticales o de viguetas tradicionales.
No obstante, dada su rigidez, suelen presentar limitaciones de carácter termo-acústico, aún cuando su cavidad interior vaya rellena con algún material poroso aislante y láminas plásticas y flexibles, bien impermeables o difusoras de vapor que, al mismo tiempo, actúen como resilentes.
Las nuevas tendencias dentro de la creciente arquitectura minimalista, presentan un gran interés a las construcciones diseñadas con madera contralaminada, ya que ven en este sistema una continuidad filosófica constructiva de formas sencillas y continuas con elementos planos y rectos.
Atendiendo a similitudes estéticas y debido a la pureza de formas que otorga el juego de composición con placas de hormigón (material muy utilizado y apreciado en arquitectura minimalista), las placas de tablero contrachapado tienen un gran encaje en la composición y materialidad final de las viviendas que combinan ambos materiales.
El gran formato y la posibilidad de obtener piezas cortadas y talladas según la necesidad dan una enorme flexibilidad en el diseño de estructuras con un alto grado de continuidad y monolitismo, siendo este otro argumento de peso utilizado en arquitectura contemporánea.
La construcción de este tipo de arquitectura con los modernos medios de diseño y ejecución con madera, en conjunción con las muchas posibilidades de formatos de los tableros contralaminados, simplifica enormemente las exigencias del nivel técnico y de control de obra respecto a los sistemas convencionales.
A todo lo anterior es preciso añadir las calidades sensoriales incomparables de la madera, olor, color, calidez…